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Esta es mi primera publicación en este blog, y quería escribirles sobre un tema que quizás está muy sonado hoy en día, ya que todos estamos esperando esa tan anhelada vacuna que nos va a permitir poder recuperar parte de nuestra normalidad y dejar los tiempos del covid19 como vivencias de reflexión sobre nuestra humanidad. Pero, ¿qué son las vacunas?
Según la OMS “se
entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra
una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”. Esto quiere decir,
que las vacunas evitan que las personas se enfermen de enfermedades infecciosas.
Para entender un poco cómo
las vacunas nos ayudan a protegernos de estas enfermedades, hay que entender
cómo el sistema inmunológico nos defiende de los patógenos (bacterias, virus,
parásitos).
Cuando nuestro cuerpo es
atacado por un microorganismo determinado, el sistema inmune empieza activar y
generar una serie de células y moléculas que atacan al mismo, una vez vencida
la infección éste genera una memoria inmunológica con células que habían
combatido el patógeno y no lo olvidan, transformándose en células de memoria
productoras de anticuerpos, los cuales reconocerán más eficazmente y
rápidamente a antígenos del patógeno en una segunda infección. (Cabe destacar
que el funcionamiento del sistema inmune es complejo y no tan fácil de
comprender, con múltiples términos y definiciones que quedaron obviadas en el
párrafo anterior, en el cual en futuras publicaciones podríamos conocerlo en más
detalle).
Pero te preguntarás y
bien ¿cómo las vacunas generan la inmunidad en nuestro cuerpo? Bueno, las vacunas se realizan de
microorganismos muertos o atenuados o de sus toxinas o sus proteínas de
superficie (todos estos elementos se
denominan antígenos) y son los que serán reconocidos por el sistema inmune para
generar la memoria inmunológica. Por ello cuando somos infectados por dicho
patógeno ya nuestra memoria inmunológica lo reconocerá y lo podrá atacar y
eliminar rápidamente no permitiendo que se desarrolle la enfermedad o que se
desarrolle de manera suave.
Las vacunas son las
intervenciones de atención médica más rentables que se sabe que previenen
muerte y enfermedad. Todavía hay numerosas enfermedades causando morbilidad y
mortalidad globalmente significativas, para las cuales no hay vacunas
disponibles. Millones de personas en todo el mundo mueren de malaria y
tuberculosis cada año, como también de la actual nueva enfermedad covid19,
enfermedades aún sin vacunas efectivas.
Los científicos toman en
cuenta diferentes enfoques para el desarrollo de las vacunas, como el
conocimiento de como los patógenos infectan a las células de nuestro cuerpo y
como responde el sistema inmunitario, otro factor a considerar son las
condiciones ambientales, económicas y políticas de las regiones o países en las
que se entregará la vacuna, ya que la temperatura, condiciones de riesgos,
sociales y económicas son distintas en diferentes partes del mundo.
Los principales tipos de vacunas que existen son: vacunas vivas atenuadas, vacunas inactivadas,
vacunas de subunidades, recombinantes, vacunas conjugadas y vacunas toxoides.
Vacunas
vivas atenuadas: Estas
son vacunas que contienen una versión de bacterias o virus vivos que ha sido
debilitado, así que no causa enfermedades serias en personas con sistemas
inmunes saludables. Este tipo de vacunas son muy efectivas ya que es lo más
parecido a la infección natural actuando como maestros para el sistema inmune. Además,
se requiere sólo una única inmunización generalmente, eliminando la necesidad
de refuerzos repetidos y son relativamente fáciles de crear para ciertos virus,
sin embargo, debido a que son patógenos vivos atenuados este tipo de vacunas no
las pueden recibir niños o adultos con sistemas inmunes debilitados; como
aquellos que están recibiendo quimioterapia o tengan enfermedades
inmunodepresoras o estén bajo un fármaco inmunosupresor. Adicionalmente, estas
vacunas generalmente deben refrigerarse y protegerse de la luz por lo que puede
ser difícil de usar en aquellos lugares donde hay falta de refrigeración o
problemas de electricidad. Ejemplos son: la vacuna contra la rubeola, papera,
sarampión y la varicela.
Vacunas
inactivadas: Estas vacunas
se realizan con bacterias o virus inactivados mediante calor o tratamientos
químicos destruyendo la capacidad del patógeno para replicarse, pero lo
mantiene "intacto" para que el sistema inmunitario pueda reconocerlo.
Estas vacunas en ocasiones necesitan de múltiples dosis para mantener la
inmunidad. El polio, la hepatitis A y la
rabia son ejemplos de este tipo de vacunas.
Vacunas
toxoides: Previenen
enfermedades causadas por bacterias que producen toxinas en el cuerpo. Son estas
toxinas debilitadas las que se usan para realizar la vacuna, así que no pueden
causar la enfermedad, pero sí generar inmunidad. A estas toxinas se les
denomina toxoides. Las vacunas toxoides tienden a no tener una duración de
inmunidad comparable a las vacunas atenuadas; por lo tanto, pueden necesitar
vacunas de refuerzo para obtener protección continua contra enfermedades.
Ejemplo de estas vacunas son las usadas para combatir la difteria y el tétanos.
Vacunas
subunidad:
Corresponde solamente a partes de los virus y bacterias. Debido a que estas
vacunas usan sólo regiones específicas del patógeno, generan una respuesta
inmune muy fuerte, que se dirige a la parte infecciosa principal del
microorganismo. Estas vacunas pueden ser usadas por casi todo tipo de persona,
independientemente de sus condiciones de salud. Una limitación de estas vacunas
es que puede necesitar inyecciones de refuerzo para obtener protección continua
contra enfermedades.
Vacunas
conjugadas: combaten
diferentes tipos de bacterias. Hay bacterias que tienen antígenos con una capa
externa de sustancias azucaradas, denominadas polisacáridos. Este tipo de
recubrimiento disfraza el antígeno, dificultando que el sistema inmune inmaduro
de un niño pequeño pueda reconocerlo y generar una respuesta inmunológica. Las
vacunas conjugadas son efectivas para estos tipos de bacterias porque conectan
(o conjugan) los polisacáridos a antígenos, produciendo una respuesta co-inmune
más potente, debido a que los polisacáridos no producen una respuesta inmune
potente, sin embargo al estar conjugada a un antígeno, hace que el sistema
inmunitario responda mejor a estas moléculas. Estos fragmentos de las bacterias
no causan inmunidad, pero cuando se combina con proteínas (antígenos)
transportadoras, sí puede producir inmunidad contra futuras infecciones. Un
ejemplo de esto es la vacuna Haemophilus influenzae tipo B (Hib).
Vacunas
vector recombinante:
Estas vacunas usan virus atenuados (o cepas de bacterias) como vectores. Un gen
codifica un antígeno de un patógeno determinado puede ser introducido dentro de
un virus atenuado o bacteria, los cuales se replicaran y expresaran el producto
del gen del patógeno que será reconocido por el sistema inmune. El baculovirus
el cual es un virus que infecta a insectos puede ser usado como un vector.
Vacunas
de DNA: consisten en
plásmidos de DNA que codifican proteínas que corresponden antígenos de patógeno activando la respuesta
inmune. Este tipo de vacunas tiene la ventaja que la proteína codificada
corresponde a una forma nativa del huésped y no pasa por un proceso de desnaturalización
ni alteración, el manejo y almacenamiento del ADN plasmídico no requiere
refrigeración, una característica que reduce en gran medida el costo.
Para
finalizar, quisiera mencionar que el desarrollo de una vacuna que esté aprobada
para uso humano es un proceso de diferentes etapas, comenzando desde la
investigación de la biología del patógeno y su interacción con el huésped, hasta
los ensayos clínicos en humanos, lo cual muchas veces son meses de
investigación. Todo esto implica inversiones económicas
considerables, ya sea por entes privados o públicos.
Sin más que mencionarles
por ahora, espero esta información les haya sido de utilidad, les dejo un vídeo que me gusto mucho que profundiza mas sobre este tema y no olviden subscribirse al blog para recibir las nuevas publicaciones, y recuerden lo que
dijo la científica Rita Levi-Montalcini:
"El cuerpo se me arruga, es inevitable, pero no el cerebro. Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará"
.
Referencias:
- OMS. Vacunas. Disponible en: https://www.who.int/topics/vaccines/es/. Revisado: 03-04-2020.
- Understanding How Vaccines Work. 2018. https://www.cdc.gov/vaccines/hcp/conversations/downloads/vacsafe-understand-color-office.pdf. Revisado 04-04-2020.
- Xiaoxia Dai, Yongmin Xiong, Na Li y Can Jian (5 de marzo de 2019). Tipos de vacunas, vacunas: la historia y el futuro, Vijay Kumar, IntechOpen, DOI: 10.5772 / intechopen.84626. Disponible en: https://www.intechopen.com/books/vaccines-the-history-and-future/vaccine-types. Revisado el 04-04-2020.
- Vídeo tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=6sc6sPUtqao&list=WL&index=11&t=165s
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Excelente, me gusto mucho el contenido. Seguiré esperando mas publicaciones
ResponderEliminarMe encanta, gracias, atenta a tus publicaciones!!!
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